domingo, 1 de noviembre de 2009

Al lado del camino

Y él iba cayendo por el precipicio, en ese abismo sin fin, ese efecto que tenía siempre que escuchaba las mismas canciones viejas de la infancia, esas que lo llevaban a ese trance en el que pensaba en como todo debía de terminar, en como las chicas se despedían en el momento de la oportuna felicidad, ahí viajaba sintiendo la brisa de la muerte enamorada -siempre le gustó esa frase-cuando apareció despiadado y poco cauto el sentimiento de nostalgia, apareció disfrazado de lo que más extrañaba y menos recordaba, esa persona que le abandonó a tan temprana edad, idéntico a como era antes de quedar calvo e inflamado, se presentó atlético y sonriente, con pelo y lentes obscuros, con sueños temerarios que no pensaban en "si mañana tengo la vida", idéntico a como era antes de dos años de que se marchara, y él en su caída libre reflexionaba en espiral todo lo que no pude decirle, todo lo que no pudo hacer con él, ahora estaba a su lado, pero él estaba demasiado perdido como para hablarle, inteligente la mente, sabía que siempre le aterró el diálogo porque no sabía que decir, y mientras La Nostalgia seguía acompañándole trataba de establecer las ideas correctas en su mente para susurrarle te amo, o te extraño, algo que le hiciera sentir bien, algo que quitara la culpa de no poder hacer algo cuando debió, pero no lo lograba, entonces las lágrimas rodaron frustradas por la inutilidad que le dominaba, quiso ser él mismo, pero no podía, igual, la nostalgia lo conocía tal y como era, mas no él lo sabía y por eso se sorprendió cuando los brazos de La Nostalgia le rodearon y lo apretaron, lo asustó cuando le susurraron al oído te amo no pasa nada. Caía cada vez más débil, pero se sentía feliz, cuanto deseaba que esto fuera la muerte pues ya todo era perfecto, finalmente se sentía libre, finalmente podía dejar de pensar en lo que diría, ya no tenía que hablarlo, pero, lentamente iba recuperando su mente, iba teniendo el control, iba sintiendo como el abrazo se tornaba más frágil, y se iba difuminando en la obscuridad del abismo, trató de recuperarlos con ahínco, pero no pudo, la canción estaba terminando, y regresó a a su complicada vida, regresó a su condena de caminar por allí, respirando el humo mientras todo pasaba al lado del camino, ese era su destino.

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