martes, 31 de marzo de 2009

La niña que cambió el destino del infeliz que destruyo el sueño de la niña.

Para mi amiga invisible.

Hace mucho tiempo, en lugares desconocidos por el ojo humano, vi, lo que, aunque no lo crean me parecía imposible, vi una niña en Marte -es cierto, ya hay imágenes de Marte, mas no del lugar donde yo estaba-, pero más imposible de creer era, que esa niña, jugaba con una flor al lado de un río, se preguntarán como fui a parar a un lugar tan lejos de casa, la verdad es que yo solo iba de paseo. Ya lo sé, es como difícil ir solo de paseo, pues bien, no se si alguna vez ustedes tuvieron la dicha de conocer a un Principito que tenía la capacidad de andar de planeta en planeta, entonces, debo de confesarles, que en lugar de creer que era solo una historia infantil la sentí, y fue por eso que también aprendí a viajar entre cuerpos celestes sin ningún problema.

Era una niña hermosa, la cual, desde el momento que comencé a descubrirla no dejó de asombrarme, era sencillamente distinta a lo que alguna vez imaginé, a lo que entendí, a lo que a simple y superficial vista había notado, algo que pudiera igualar lo hermoso de ella, solo podía ser la Aurora Boreal que había contemplado años atrás, cuando solo era un niño. Me acerqué a ella con temor, y conversamos, me contó las desventuras de su alma, y las alegrías de sus sueños, y la escuché, y me sentía tan feliz, que acudía a ella todo el tiempo, y, tenía ese mágico efecto que derretía mi ya congelado corazón. La alegría y la confianza brotaban como el agua de ese río.

Casa me llamaba, pero esa niña me parecía demasiado hermosa como para dejarla sola en ese planeta, mas en realidad, no estaba sola, tenía a la flor, una flor que representaba su corazón, era una flor de desierto, así que se imaginan todo los colores que nacían de ella, era demasiado delicada, esa pequeña flor vivía de la ilusión de la niña, y esa ilusión era mantenida por una pequeña estrella que asomaba todas las noches.

Un día que decidí caminar un poco, fui a dar a la estrella, y sin querer alteré su rumbo, y la hice desaparecer de la atmósfera de Marte, cuando me percate del daño era demasiado tarde, la flor de la niña se secaba, y ella lloraba desconsolada, fue cuando me transformé de su amigo, a su atacante, todo en un abrir y cerrar de ojos.

Hasta hoy sigo llorando por la flor de la niña, pero lloro más por la niña, aunque a decir verdad, lloro más por lo que viví con la niña, pues fui su cajita de secretos, y ella llegó a ser para mí la representación del cariño que había olvidado existía. La quería como aquella Aurora Boreal que vi hace mucho tiempo, y sentía por ella algo distinto, sentía amistad, eso que había dejado a un lado cuando decidí convertirme en un lobo, y aun así ella, fue mi amiguita.

No sé como fue, no sé que pasó, pero daría lo que fuera por recuperar su flor, su sonrisa, si solo supiera el camino que tomó la maldita estrella que hoy, hoy, su recuerdo, me llena de desdicha.

Mientras tanto, trato de olvidarlo desde acá, pero ya el Polo Norte solo me trae un recuerdo de ella, no sé porqué, ya no es mi lugar favorito en el mundo.

lunes, 23 de marzo de 2009

Y el sol brilló como jamás había brillado, se atrevió a salir por la presencia de ella, esa presencia que con el brillo de la mirada incendiaba todo, incluso mi alma, que tímidamente se atrevió a brillar.

domingo, 22 de marzo de 2009

Yo. Yo lo sé.

Dije algo errado, disculpe, jamás quise lastimar a alguien, menos a usted, que le respeto tanto. Pensandolo bien, ayer que iba camino a la luna pensé en algo que le molestara, y lo reproduje hoy con toda la intención, perdón por haber mentido, mas, realmente no me disculpo por que lo primero le haya lastimado.

¿Le conté alguna vez que tuve un amigo escritor?, ¿o de mi amigo que hacía guiones de películas?, ¿o de sus amigos lectores?, ¿o de los que dirigían las películas de las cuales mi amigo hacía los guiones?, creo que si, ya lo había hecho. Cree usted que es importante que ellos lo sepan, es que, para ser honesto, tengo algo de temor de decirles, pero, cogeré algo de valor, no es que me importe tanto lo que vayan a pensar, pero me preocupa un poco como me van a ver.

Yo sé que hice mal, pero estoy harto, y también me cansan sus críticas absurdas, que si lo redacté bien, que si no, que si lo plagié, que si no. No viene al caso, pero tenía que decirlo.

La gente cree que puede tapar al sol con un dedo, solo porque desde su pequeño mundo lo logran no quiere decir que en la realidad puedan, fuera de la tierra apuesto de que no serían tan capaces, fuera de la tierra ni siquiera podrían respirar, y usted, inocente es al creer que puede dominar al resto del mundo con sus ideologías.

Siempre nosotros los bailarines creyendo que podemos ser más que humanos cuando ni siquiera eso somos, y usted, queriendo convertir pensamientos ajenos a todo, de su lado, entienda, solo las personas igual de ciegas que usted pueden apoyarle. No es que nosotros no lo seamos, pero nuestra ceguera es distinta, por eso siempre nos juntamos con los que tienen el problema de visión en el mismo tópico.

Creo que le diré a mi amigo escritor, al escritor de guiones, a sus amigos lectores, y a los que dirigen las películas de mi amigo el guionista, lo tienen que saber, no lo ocultaré más, es lo que le dije a usted, que tanto la enojó. Y, es que también soy mejor que ellos.

Bien, ya que tomé mi desición iré a leer lo más grande que he creado, y son mis ojos al borde del río.

domingo, 1 de marzo de 2009

Pensamientos en la tristeza del ser.

Las ideas bastardas colman mi cabeza, todas inundadas de dolor absurdo por sentimientos elocuentes y estúpidos, pequeño idiota, ¿cómo pudiste creer?, absorto de la pesada esperanza camino más ligero con una mochila cargada de nada, fracasos y deseos inmensos de saltar por el vacío y así alargar hasta el infinito la ventaja que tiene el no ser.

Filosofías baratas de calles anónimas, todas ellas, que alguna vez pude creer se desnudan para el eclipse paradójico que nos regala la vida en el mejor de los casos, en el peor de ellos, no hay paradoja, solo una imposición cruel de lo que no queremos ser, pero que jamás tuvimos el valor de enfrentar. ¿Cada cuánto pasa eso?. Cada día. Pues bien, a pesar de todo, aleja esa copa de maldición que atormenta mi calma, que por muy dulce que sea el sabor, amargo es a mi confusa alma; Sabes bien que no tengo nada que ofrecerte más que un puñado de besos entregados al aire, y un manojo de desgracias en forma de cartas para amores no correspondidos, algunos sueños ilusos, y sobre todo ideas optimistas que jamás fueron mías, pero que adopté en el desesperado intento de ser lo que no soy.

Mas, ¡qué es lo que querés de mí!, si ya no veo, la luz fue demasiada para mis ojos, si no respiro, pues el aroma era demasiado perfecto, si ya no siento, la materia era demasiado suave al tacto humano, mis oídos estan sordos por la seguida repetición de pensamientos ausentes, y ya no distingo el sabor del vino, pues el veneno ha sido efectivo, y la infelicidad es la dueña de todo.

Ahora, he decidido rendir mi amor a una mujer que fue la única que jamás me traicionó, hoy le rindo mi vida a ella misma, pues en el universo finito escribe mis letras, y se apropia de mis palabras, se lo doy todo a mi complemento perfecto que me desprecia tanto como yo, y sin duda, me odia con la misma fuerza que odio mi carne, que a pesar de todo, me condena a vivir en la cobardía de solo ser, Soledad, te dejo el alma, la carne y la mente, para que la mates y la resucites de nuevo, viejo vengo y caigo débil soñando el rejuveneciento que solo vos sabes dar.

Sabes que Soledad es mía, como yo soy tuyo, situaciones distintas, los mismos momentos inoportunos, pero sé que las ideas bastardas de que todo podía ser mejor, ya fueron extintas por la realidad del sufragio universal que es la necesidad absoluta a la razón, acompañado del letargo de la existencia, al final no sé si me apoyas, no se si en verdad pasé a ser lo que jamás desee, pero ahora ella y yo, uno somos y muy satisfactoriamente infelices hoy estamos.