1, 2, 3 días, cambio, nuevo ciclo.

Para Annita Velarde.

Ultima hora, ultima hora, se escuchaba en la tele mientras se alistaba para ir a clases, en su delicada piel, frotaba esa crema humectante que la protegía de los estragos que podía cometer el sol y el polvo, maquillaje, una sonrisa, un hermoso peinado, y era toda una muñeca.

Puso su bolso, tarde como siempre, no importa, es estudiante, nadie lo nota, a menos, que sea ese típico o típica profesor y profesora que le caiga mal, o se las de del puntual. No importaba, saco la cajetilla y encendió un cigarro, saboreo el humo, sintió el placer que solo da un rojo, no importa de que tipo, se quedo pensando, y empezó la caminata.

Toma el bus, como siempre se sienta en el mismo lugar, esperando que algún día aparezca ese príncipe azul que la acompañe, ya demasiado dolor han dejado otros amores, y los recuerdos, solo dejan apatía, luego, como siempre, alguien se hace a su lado, nadie fuera de lo común
-¿Qué hora es?
-una y cuarto
-muchas gracias
de nada.

El bus sigue su rumbo hacia la inevitable rutina de los 45 kilómetros que atormentan a los pasajeros, pues es expreso, mas actúa como ruteado, La villa, Nindirí, Managua se escucha como fondo, sin olvidar el enfermizo reggueatton al que era sometida todos los días, el viaje transcurrió sin ningún problema, hasta que...
-¿Está haciendo calor verdad?
-Si

De regreso al silencio, el joven desesperado por hacer conversación, no lograba liberarla del bloqueo mental que ella sufría como consecuencia de la rutina. Olvidé comentar antes, que no apagó la tele, y peleo con su mamá por teléfono porque no le recordó que ese día tocaba pago de la universidad. Llegando a la Centro América, algo detiene al bus, los 20 pasajeros comienzan a cuestionarse que sucedía, el cielo se nublo.
-huy...(grito el joven)
-¿Qué pasa?
Por vez primera vio a sus ojos, eran grises, tristes, melancólicos, con mucha historia en tan poca vida, la impacto...el le señaló, una canasta tirada, y frutas regadas por toda la pista, una Hilux estacionada, y ahí, vio a una señora, en el piso, con sangre brotando de su cabeza, cerró los ojos, no lo soportaba, en su corazón sentía la deshonra de que las llantas de ese expreso pasaran sobre su sangre, era indigno de todo esto...
-...no.. puedo... no...
el joven sollozaba, ella solo alcanzó a decir
-no veas más, te estas haciendo daño.

El bus siguió su recorrido, pero esta vez con un silencio fúnebre, pero esta vez, fue roto, por una conversación entre los jóvenes, intercambio de nombres, miradas, sonrisas de consuelo, universidades, ella se sintió comprendida, el no lo sé, pero imagino que estaba enamorado.

Llegaron a su parada, un hasta luego fue suficiente, caminó con la esperanza de verlo al día siguiente, y si corría mejor suerte -aclaro, ella no cree en la suerte, es solo un permiso literario- tal ves y podrían hablar mucho más e intercambiar teléfonos.

Ultima hora, ultima hora, ella se alistaba, otra vez tarde, trato de hacer todo de la misma forma que ayer, para verlo, y escucha. "Acá José Abraham Sanchéz informando desde Granada, el asesinato de el joven, su rostro palideció y sus ojos se humedecieron, la policía confirma que fue un asunto de drogas. Ella consternada, termino de vestirse, pero esta vez guardaba luto por alguien que apenas conoció pero que robo su corazón.

Tan maldito el amor, ese viaje fue lento y tortuoso, se sentó en el mismo lugar, y lloró, hasta que de sus ojos ya no salían lágrimas, cuando pensaste que encontraste a alguien, simple y sencillamente, la vida te lo quita.

Al día siguiente, sonaba una canción, era mtv, quiso cambiar de rutina, nada bueno le dejo la anterior, iba en buen tiempo, esta vez el profesor no iba a regañarla.

Annita espero te haya gustado, si no, lo cambio, un beso.