A Margarita

Dulce margarita, doblegando con tus pétalos al poderoso sol,

dale sentido al óleo creado por mis sueños,
dibujado sin parar por todos los deseos,
inspirados siempre por tu dulce voz.

Déjame escribir las torpezas de un niño enamorado
que soy lo que no era, porque juego a tu lado,
mística flor, ruego llenes de aromas la habitación de mi corazón,
que desesperado lucha contra los candados de mi razón.

He visto muchas amapolas y calas, algunas rosas y orquídeas
pero ninguna tan hermosa como tú, preciosa margarita,
permíteme acariciarte, que, aunque libre estas de dolorosas espinas,
sigo frágil a lo que tu alma, siempre me permita.

Tengo mi pincel, tengo mis colores,
quiero hacerte un cuadro de un millón de amores,
porque eres lo que jamás había visto
eres la doncella de todo lo imprevisto.

Dulce Margarita que con tus pétalos doblegas al sol,
cambias el gris por multicolor,
conoces las ilusiones de mi alma encantada,
y aunque se pierdan tus colores siempre serás mi amada.

Porque te quise sin conocerte,
y te soñé sin siquiera verte
ahora que te veo, ¿cómo no desmoronarme?
si siempre que te encuentro logro yo encontrarme.

Margarita, dulce Margarita, realízale a mi mundo una última fantasía

quedate a mi lado, por lo menos este día.